jueves, 8 de agosto de 2013

Los ataques contra los derechos democráticos y las libertades en la crisis capitalista mundial. Estrategias y acciones de respuesta. Partido Comunista de Filipinas


22° Seminario Comunista Internacional
Bruselas, 31 de mayo – 2 de junio 2013
www.icseminar.org – info@icseminar.org

Los ataques contra los derechos democráticos y las libertades en la crisis capitalista mundial. Estrategias y acciones de respuesta.
Partido Comunista de Filipinas
I. Ataques a los derechos y libertades democráticas
La opresión es una necesidad concomitante de la explotación de clases. Es parte de la naturaleza de la burguesía monopolista el efectuar ataques a los derechos y libertades democráticas de la clase trabajadora y al resto de la gente para poder preservar su sistema de explotación.
La burguesía monopolista no puede quedarse con el valor excedente producido por la clase trabajadora sin el poder de contratar y despedir a los trabajadores en cada lugar de trabajo, y sin el poder del estado para dominar a la clase trabajadora y prevenir o contener al movimiento sindical, y más aún al partido revolucionario del proletariado. La burguesía monopolista, ha magnificado el papel del estado burgués para reprimir al proletariado y a la población y para librar guerras de agresión con el propósito de apoderarse de territorios y ejecutar el pillaje.
En los países subdesarrollados, la burguesía imperialista se alía con la gran burguesía compradora y la clase terrateniente para asi poder usarlas en las formas mas descaradas y brutales de explotación y opresión. Los superbeneficios que obtienen se logran con menores inversiones mediante el uso de trabajo barato y en las peores condiciones de desempleo y pobreza. La represión es una parte normal de la vida diaria de las masas explotadas. Las clases explotadoras locales recurren al terrorismo de estado para enfrentar las manifestaciones de la resistencia popular.
Los poderes imperialistas encabezados por los Estados Unidos han utilizado la política económica neoliberal para tratar de negar que la clase trabajadora es la creadora de nuevos valores materiales en la producción. Pretenden atribuir a la burguesía monopolista la calidad de último productor de bienestar y de trabajo, y justificar el uso del estado para acelerar la apropiación de los beneficios y la acumulación y concentración del capital. Los salarios de los trabajadores se van a la baja. El gasto social del gobierno se reduce, mientras los ingresos de la gran burguesía y de sus altos ejecutivos se privilegian con bajos impuestos. Los bienes del estado se privatizan. Las inversiones, el comercio y las finanzas se liberan. Las regulaciones para proteger el trabajo, las mujeres, los niños, la sociedad entera, y
el medio ambiente son desechadas. En nombre de la globalización, las economías de los paises subdesarrollados son desnacionalizadas para permitir a la burguesía imperialista el explotar la mano de obra barata y saquear los recursos naturales.

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