viernes, 1 de julio de 2016

EL RETORNO DE LAS MASAS

La marcha de la COB el día martes 20 de junio y los días posteriores, ha abierto nuevos elementos que es necesario analizar para comprender lo que podría ocurrir en nuestro país. Un hecho evidente, es que los trabajadores, al que el masismo homogeneizaba bajo el término “organizaciones sociales” y que estaban cautivados por la idea de haber llevado al Poder, con el voto mayoritario de las organizaciones sociales, a un “hermano” que seguramente gobernaría en su nombre, hizo se entregaran sin condiciones a la tarea de apuntalar en todos sus actos, al gobierno que, desgraciadamente, no tardó mucho en negociar parcelas del Poder con la derecha, no solo la derecha neoliberal que entró a formar parte del gobierno, sino también con la derecha reaccionaria que estaba dispuesta a dividir el país para salvaguardar sus intereses oligárquicos. La COB se puso se espaldas al pueblo e hizo oídos sordos y ojos ciegos frente a los errores que cometía el gobierno en su afán en construir un aparato que pudiera garantizar el disfrute del Poder “para toda la vida”, como lo manifestara Evo Morales y junto con los estrategas del gobierno, se hicieron impermeables a las críticas. En su afán por eternizarse en el Poder, el MAS prebendalizó sus relaciones con las “organizaciones sociales” y las clientelizó de tal manera que comenzaron siempre a “deberle algo” al partido de gobierno, ya sea por obras de maquillaje para distraer a las masas, la incursión y polleras en el parlamento que fueron interpretadas como si fueran la expresión material del proceso de “empoderamiento” de los campesinos, así como cupos del Poder en los ministerios que no eran otra cosa que pegas, además de otros favores de tipo económico y donaciones directas. Los cooperativistas mineros, conscientes de su poder económico y su capacidad de movilización basados en su número ya demostrado como medios de negociación en anteriores gobiernos, consiguieron transferir a la COMIBOL, el peso económico de cerca de dos mil de sus trabajadores excedentarios y se transformaron de esa manera en el incondicional instrumento de intimidación del oficialismo y se constituyeron en otro estamento de su base social. Gracias a esto, es decir la presión de los cooperativistas en Huanuni, se transformaron en un poder paralelo. Los mineros del sector de la minería nacionalizada, terminaron por disfrutar de una condición semejante a la de socios de uno de los pocos yacimientos minero importantes y convinieron con la COMIBOL, un régimen salarial extraordinario que hizo de los mineros la nueva aristocracia obrera y, de paso, neutralizó a la FSTMB que en otras épocas, fue el baluarte del movimiento obrero y popular. Como consecuencia de ese pesado fardo prebendal que asumió el Estado por razones estrictamente políticas, Huanuni no pudo producir lo necesario para pagar salarios a su planta de trabajadores y desde hace un par de años, comenzó a ser deficitaria, de tal manera que ahora se comienza a hablar de su cierre. Luego vino el caso de ENATEX en que el problema principal, no fue la carena de mercados promovida por el masismo por razones de orden político, sino la politización desvergonzada de su dirección gerencial así como la falta de estudios de factibilidad en todas las empresas inauguradas con bombos y platillos, como Cartonbol, etc. Los trabajadores han identificado como uno de los responsables de la debacle, a uno de los hijos del Dr. Manuel Morales Dávila, que no tiene ninguna formación profesional idónea para orientar las políticas productivas de la empresa, así como otros buenos ciudadanos que ahogaron a la empresa con estrategias descabelladas que le condujeron la quiebra. Por otro lado, por las publicaciones de la prensa, esa empresa comprada sin visión, se convirtió, junto con otras instituciones como el FONDIOC, ECOBOL, etc., en la “caja chica” del gobierno exenta a cualquier tipo de control fiscal. Actualmente, la principal actividad de los estrategas del gobierno, está dirigida a neutralizar las críticas de que son objeto con una serie de acciones judiciales encomendadas sobre todo al Ministerio Público, para desviar la atención del tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito de la Srta. Zapata y su entorno palaciego.
Con todos estos despropósitos, el carisma del “hijo nacido de las entrañas del pueblo”, con el tiempo se desdibujo y mostró a un personaje improvisador, vengativo y calculador que no pensó dos veces en “poner en la congeladora” a lo que fuera la plana mayor y sustento ideológico del proceso, es decir, del grupo fundacional. Como consecuencia del debilitamiento de la figura del presidente y como una forma de enmendar los entuertos, se comenzó una campaña de cooptación de personalidades políticas de las fracciones de izquierda caduca, oportunista y claudicante al margen de sus organizaciones partidarias, y terminaron de ejercer la función de comparsa incapaces de imprimir en el gobierno, el sello de su visión política. El viejo PCB, ha terminado por convertirse en un triste invitado de piedra, sin posibilidad ni capacidad para evitar la derechización del “proceso de cambio”. La COB también sufrió el proceso de fagocitación. A partir del pacto, la alianza o la cooptación, como quiera vérselo, la COB en general y los sindicato en particular perdieron independencia y se transformaron en el colchón de amortiguamiento de los conflictos sociales y, como “organizaciones sociales” se transformaron en sostén que legitimaba y aplaudía frenéticamente los actos del gobierno. La dirección de la COB, desde el tristemente célebre Pedro Montes, inició el período de neutralización las luchas de las masas para mejorar las condiciones materiales del trabajo y transó con el gobierno aumentos de salarios que estuvieron siempre por debajo de los índices de la inflación. La FSTMB enmudeció y se perdieron en la oscuridad del servilismo las glorias pasadas. Las masas obreras, contraviniendo Principios de la COB que proclama su independencia política de clase, se amarraron al carro del populismo masista, incondicionalmente, al extremo de perder su identidad política como representante y defensor de los intereses populares. Por eso, más temprano que tarde, debió producirse la ruptura epistemológica entendida como racionalidad de la creencia y su justificación, entre las masas y el pacto con el masismo. Incluso los intereses de los sectores campesinos que aparecían como los principales actores del proceso, comenzaron a aclararse, primero porque el campesinado no es una masa homogénea sino que a su interior también hay contradicciones entre los campesinos ricos y los campesinos que van en camino a proletarizarse como consecuencia de su desvinculación de la propiedad de la tierra. A pesar de los esfuerzos de los teóricos del pachamamismo para demostrar la unidad de las masas campesinas, resaltaba la presencia de un sector fuertemente vinculado a la concentración de la tierra, que, en atención a su relación con los medios de producción, de los cuales la tierra sigue siendo el medio de trabajo más importante, no eran otra cosa que la burguesía aymara o quéchua o tupiguaraní. Hemos sostenido en anteriores análisis, que la revolución es cuestión de clases, no de raza ni de nacionalidades y que la burguesía, sea la burguesía urbana o la burguesía rural, tarde o temprano, solo reproducirán más burguesía y con ello, más dominación de clase. Los k’amiris, es decir la nueva burguesía aymara, a la larga terminarán por constituir la nueva clase dominante rural empujando a los campesinos pobres a la proletarización, es decir a la venta de su fuerza de trabajo como única alternativa para sobrevivir. Por eso, la única fuente de liberación del obrero, del trabajador y del campesino, no puede ser otra que la revolución socialista de la que los obreros y los campesinos, serán el músculo y el motor. 
La crisis que se ha desencadenado como consecuencia de Enatex y han terminado por empujar a sus direcciones sindicales a asumir una posición de defensa de los intereses de sus bases, por encima de sus acuerdos y sus compromisos espurios, está dibujando un nuevo mapa político en Bolivia. La COB sigue (aun) sosteniendo como suyo “el proceso de cambio” por motivos sobre todo emocionales; pero no tardarán en darse cuenta que la práctica del populismo, maquinado sobre la corrupción y la prebenda, no pueden sino reflejar otros intereses cada vez más relacionado con las viejas fracciones burguesas del poder tradicional. El discurso de posesión de Guido Mitma a la dirección de la COB, nos hacía pensar que eventualmente podría representar la nueva corriente, que por el momento es subterránea, que ponía en cuestión las políticas sociales del masismo; pero en aquel momento, pudo más los compromisos, los acuerdos sectoriales y las dádivas. Pero las nuevas condiciones objetivas que se han dado como consecuencia del despido de cerca de dos mil trabajadores, ha obligado a la dirección de la COB, a radicalizarse para no ser sobrepasadas por las masas que terminarían por pasar sobre ellos. 
Por eso, Guido Mitma y compañía debe terminan por asumir la defensa de los intereses de clase de las bases trabajadoras, pasando por encima del vergonzoso pacto prebendal como el masismo. Nosotros vemos la ruptura de la COB con el gobierno, (que deberá producirse tarde o temprano) como una necesidad no solo de las masas trabajadoras, sino del país. Esto servirá para que reasuma su calidad de dirección del movimiento obrero y popular, rescate su institucionalidad prevista en sus Estatutos, vuelva por los fueron de la independencia política de clase prevista por la Tesis Socialista de 1970 y coadyuve a la construcción de la alternativa Nacional, Popular, Democrática, Revolucionaria y Antimperialista que frene el prorroguismo populista del masismo y pare en seco la ilusión de la derecha cavernaria y neoliberal de volver al Poder sobre los hombros del pueblo como en un momento volviera el Gral. Banzer, con el respaldo de los propios distritos mineros. El masismo ha entrado en su fase de descomposición víctima de su corrupción que ha carcomido sus entrañas. 
En todo caso, la huelga declarada por la COB, nos anuncia que la marcha de las masas de trabajadores, se ha iniciado y que están dispuesta a luchar por sus intereses y los intereses del pueblo, incluso por encima de sus actuales direcciones amarradas al populismo prebendalista del masismo, actualmente en su etapa de descomposición terminal. No confiamos en Guido Mitma; pero no vamos a cometer el error de luchar contra él, porque hay objetivos superiores relacionados con nuestro deber de elevar el nivel ideológico de las luchas de las masas para que el populismo no termine por derrotarnos como consecuencia de nuestras luchas internas. Tenemos como objetivos comunes. Esos objetivos comunes deben ser nuestras herramientas para fortalecer el movimiento obrero y popular.
VIVA LA ALIANZA DE OBREROS Y CAMPESINOS!
VIVA EL PARO DE LA COB!
RESPALDO MILITANTES AL PARO DECRETADO!
ENATEX PARA ADMINISTRACIÓN DIRECTA DE LOS TRABAJADORES!
PARTIDO COMUNISTA DE BOLIVIA (R) 
La Paz, 21 de junio de 2016.

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