Los
ingresos de Bolivia por las ventas de gas a Brasil y Argentina bajaron
en 2.241 millones de dólares, es decir, de 6.012,2 millones de dólares a
3.771,2 millones de esa moneda estadounidense, según datos del
Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Medios
de difusión, como Página Siete informan, asimismo, de que el dinero por
exportaciones que recibió Bolivia, en 2015, bajó de 12.892,8 millones
de dólares a 8.772 millones de dólares, el 32,2 por ciento menos, casi
una tercera parte.
El
INE entregó datos que también muestran que por la venta de minerales
nuestro país (en 2015) recibió menos el 14 por ciento, con relación a la
gestión 2014.
En el mismo período, los ingresos bolivianos por manufacturas mermó en un 30,2%, respecto de 2014.
La
comercialización de la soya registró una rebaja del 20,2 por ciento; la
de oro metálico el 46,7 por ciento; la del estaño metálico el 26,6 por
ciento; la de la plata metálica el 23,3 por ciento.
Estas
cifras permiten constatar que, como en otro tiempo, Bolivia exporta
materias primas: gas, minerales, textiles, granos, sin ninguna
transformación, vale decir, sin ningún valor agregado, como ahora
recomienda hacerlo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC). En otras palabras, no existe proceso alguno ni siquiera el
inicio serio de la industrialización de las materias primas del país.
Asimismo,
los datos confirman lo que, entre otros entendidos, dijo aquí en La
Paz, la máxima ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL): los crecidos ingresos de Bolivia —que destacó— se deben a los
precios favorables de las materias primas en el mercado internacional. Y
no porque aumentó la producción o porque se industrializa Bolivia.
La
extracción de las citadas materias primas, que se extiende hasta el
saqueo de esas riquezas, es un elemento sustancial que hasta hace poco
no ocultaba el vicepresidente García Linera. Éste, en Chile, en una
clase magistral en una universidad, informó a esas audiencias que
seguiría el “extractivismo” (de riquezas naturales no renovables), por
un tiempo, hasta resolver los problemas más urgentes. Ese funcionario,
sin explicación alguna y cuanto faltaba poco para la conclusión de la
gestión 2015, dijo que serán industrializados esos recursos naturales
extraídos.
Gobernantes
como el principal, Juan Evo Morales Ayma (JEMA), repiten las cifras
respecto de los ingresos bolivianos por la venta del gas a Brasil y a la
Argentina. Sobre la venta de gas a Brasil es necesario rememorar que el
país vecino paga un dólar por una determinada cantidad de ese
hidrocarburo y por la separación de sus componentes obtiene 10 dólares.
También
sabemos que en la planta procesadora de gas de Río Grande no hay
industrialización ninguna de esa riqueza. Cuando se obtenga gasolina
blanca del gas habrá industrialización, dicen técnicos que sí defienden
nuestras riquezas naturales para que éstas nos beneficien mucho más que
ahora.
Los
precios de las materias primas —sin ninguna transformación o valor
agregado— bajaron el año pasado, cuya tendencia se mantiene, debido a
los cambios en la economía de China y porque la demanda de aquéllas en
este país también disminuye. Ese comportamiento es similar en los países
vecinos; sobre todo, la baja del precio del petróleo en el mundo es el
factor determinante de la caída de los precios en el mercado
internacional para las materias primas que exporta nuestro país, tal
como explican economistas y otros expertos en Bolivia, en nuestra
América y el mundo.
Esos
profesionales y el sentido común nos llevan a decir que es nada seria
la afirmación de los gobernantes bolivianos: que incluso si el precio
del petróleo merma hasta los 10 dólares, nuestra economía resistiría ese
precio bajísimo y que seguirá creciendo.
Asimismo,
el presidente Morales, luego de que se sintieron los primeros impactos
de la baja del precio del petróleo y de los minerales que exporta
Bolivia, nuestra economía seguirá creciendo porque está “blindada”.
Economistas se han encargado de afirmar que no hay tal blindaje de una
economía, como la nuestra, que es parte del mundo capitalista, cuya
crisis ya se refleja en nuestro país.
En
las actuales condiciones, en nuestro país, se extraen recursos
naturales no renovables y se los vende tal cual, sin transformación,
reiteramos. Además, otros países ofrecen similares materias primas que
se explotan aquí, pero en mayores cantidades y a veces extraídas a un
costo menor.
Internamente
los efectos de la baja de los precios para nuestros recursos naturales
ya sienten los trabajadores mineros, asalariados y
cooperativistas-empresarios. Asalariados mineros ya resisten los
intentos de despido de sus fuentes de trabajo y los cooperativistas
empresarios han pedido más parajes mineros para explotarlos hasta el
agotamiento de esas riquezas. Además, han sugerido que el gobierno de
Morales y el Estado llamado plurinacional les compren los minerales que
extraen para evitar los precios bajos del mercado internacional.
Particularmente, el último sector socio-económico no quiere perder y
apela a que seamos los bolivianos los que paguemos la baja del precio de
los minerales que ellos producen.
La
disminución de los ingresos por lo que producimos los bolivianos
explica, además, que la economía boliviana (capitalista, atrasada y
dependiente), al mantenerse en la esfera del modo de producción
capitalista dominante, sólo puede conseguir una salida a su crisis al
viejo estilo del sistema de producción que se mantiene con reformas de
tipo burgués.
Dicho
de otra forma. La crisis que ya se siente en Bolivia es el resultado
del modo de producir y de distribuir bienes y servicios (factor interno)
y la crisis también nos llega allende los mares, de los países de la
región y de nuestros vecinos.
Lo
que ocurre con la venta de madera y sus derivados, así como lo que
sucede con las utilidades de los banqueros, refuerza lo que comentamos
respecto del comportamiento de la economía boliviana.
De
acuerdo a los datos del INE, uno de los pocos rubros de la economía del
país que reporta beneficios es el de la madera, cuya extracción —— y
que no se lo renueva realmente— ocurre a costa de los desbosques y de la
pérdida de biodiversidad y/o de la degradación de los ecosistemas.
Los
banqueros bolivianos, con sus socios transnacionales, están entre los
que ganan todos los años desde que gobierna Morales, aunque el año
pasado, sus utilidades disminuyeron, mas no perdieron[1].
Esperamos,
también, que los datos ofrecidos a nuestros lectores en esta nota y que
son oficiales, ayuden a comprender que los que ganan son los sectores
socio-económicos todavía dominantes, como los banqueros, así como los
que perdemos somos los bolivianos del llano, debido a los menores
ingresos por lo que producimos: materias primas sin transformación
alguna.
Esta
información, esperamos, ayude a definir el voto del pueblo boliviano en
el referendo del 21 de este mes el que, para nosotros, debe ser NO
porque esperamos que el pueblo vote por sus verdaderos intereses, es
decir, contra sus explotadores y opresores de ayer y de hoy.
[1] “Según
datos de la Autoridad de Supervisión de Sistema Financiero (ASFI), en
nueve meses de 2015 las ganancias de los 14 bancos múltiples sumaron
1.147 millones de bolivianos; en septiembre de 2014, llegaron a 1.200
millones de bolivianos”, informó Página Siete el 27 de noviembre de
2015.
http://www.semanarioaqui.com/index.php/editorial/4008-ingresos-a-bolivia-bajan-en-casi-un-tercio-en-2015-y-ganan-los-banqueros
http://www.semanarioaqui.com/index.php/editorial/4008-ingresos-a-bolivia-bajan-en-casi-un-tercio-en-2015-y-ganan-los-banqueros
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