Editorial Acero Revolucionario N° 26, marzo de 2014
La opción es: Pueblo revolucionario en la calle
En el artículo “Venezuela actual y la política revolucionaria” (Revista Unidad y Lucha N° 26. CIPOML marzo 2013) Nuestro partido plantea: “Esta
delicada coyuntura requiere, en primer lugar, el fortalecimiento y
consolidación de las estructuras del partido, sus instrumentos de
vinculación con las masas, expandir las posibilidades de dirigir
acciones de calle con una táctica clara y órganos que la expresen
ampliamente.” Esta aseveración ha sido ratificada por nuestros órganos de dirección y se ha expresado en la consigna táctica “consolidación de las estructuras y crecimiento del partido”
como forma de expresar una necesidad urgente del período: Construir las
capacidades materiales para avanzar en el posicionamiento de la
política verdaderamente revolucionaria en todos los sectores de nuestra
sociedad y especialmente entre la clase obrera, el campesinado y la
intelectualidad revolucionaria, lo que cobra en los actuales momentos,
de ofensiva de la reacción y amenazas de intervención extranjera, aún
más importancia, ya que orienta los elementos de la acción concreta de
nuestras estructuras y cuadros, que además de sus planes, deben dirigir
la acción a una más profunda vinculación con las masas.
Nuestro trabajo debe seguir desplegándose, independientemente de las
acciones del enemigo de clase o del reformismo, lo que es necesario
hacer es ajustarnos a los diversos cursos de acción en los que puedan
desarrollarse los escenarios, tener en estado de alerta todas las
fuerzas y no permitir que por descuido o falta de previsión nuestro
pueblo pueda ser presa de la acción violenta de la burguesía, no
podemos exagerar nuestra respuesta, ni quedarnos a la cola de los
acontecimientos, por eso hay que usar acertadamente la ciencia y arte de
la política.
En el citado artículo se expresa una táctica clara: “Se requiere
avanzar, unificar todas las fuerzas posibles para: 1- Frenar los
intentos de la derecha fascista y el imperialismo; 2- Dar pasos en la
organización popular para la revolución; 3- Superar la dirección
socialdemócrata para ir en dirección de la revolución proletaria; 4- Ir
colocando el partido y sus organismos de masas a la cabeza de las luchas
por medio de la acción.” Táctica que se ha venido desarrollando,
pero que se debe acelerar y profundizar ya que la burguesía imperialista
ha arreciado su ofensiva llegando incluso a la utilización de equipos
de combate callejero, pequeñas unidades militares, armamento de guerra y
la realización de acciones ofensivas contra algunos colectivos
revolucionarias y contra la fuerza pública, esto da un indicio firme de
su disposición a la provocación de un conflicto bélico.
Estamos ante una nueva ofensiva del enemigo que persigue debilitar,
desacreditar y desmoralizar al movimiento revolucionario, tratan de
hacer que nos inhibamos por temor, lo que les daría la ventaja de
controlar la calle y los espacios públicos, eso no lo podemos permitir,
nuestro partido debe aprovechar todos los espacios para promover la
movilización de calle y la preparación para futuros escenarios de mayor
complejidad, aclarando a la dirección de las masas las razones
económicas, políticas y sociales de agudización de la lucha de clases
que actualmente se vive en Venezuela.
La compleja situación económica por la que atraviesa el país crea la
base material para la acción política de la burguesía, su plan es
profundizar hasta donde sea posible y debilitar las ideas
revolucionarias, poner a las masas en nuestra contra, para eso cuentan
con el aparato económico que manejan en más del 70%, con los medios de
comunicación privados, con el respaldo del imperialismo de los EEUU y
Europa y con una importante masa de la pequeña burguesía que está
dispuesta a movilizarse, entregando incluso sus hijos como soldados
mercenarios, pagados con el dinero que han acumulado para desarrollar la
actual ofensiva.
A la clase obrera no nos queda más que prepararnos en todos los
terrenos, acumular fuerzas y estar alerta para desatar toda nuestra
energía transformadora cuando se inicie la contraofensiva
revolucionaria. En ese momento no debemos permitir ser frenados de
nuevo, debemos ir a fondo para quitar del medio los obstáculos que
impiden la transformación revolucionaria, entre ellos el temor y
subordinación al imperialismo, la burguesía, la propiedad privada sobre
los medios de producción y el miedo a los conflictos, la clase obrera y
el campesinado debemos dirigir la profundización hacia el socialismo sin
ser carne de cañón de la burguesía o la pequeña burguesía que pretenden
utilizarnos, el pueblo revolucionario en la calle es la alternativa.
Nos expresamos claramente en el citado artículo hace un año; “Hay que
combatir abiertamente a la burguesía, que por razones de conveniencia
da demostraciones de diálogo, de querer la unidad nacional, pero lo que
persiguen es disminuir los niveles de combatividad, adormecer a las
masas, paralizar las luchas mientras van ocupando más espacios de poder,
para luego golpear a los “extremistas”.
Exactamente es lo que ocurre, pretenden llegar a acuerdos en las “mesas
de paz” donde los empresarios exigen desmantelar la LOTTT, eliminar
beneficios contractuales, legalizar los despidos, flexibilizar las
relaciones contractuales, acceder de forma más expedita a los dólares
que el Estado maneja y en definitiva, buscan golpear a los trabajadores
que serán sacrificados para que la alta burguesía vuelva a atender sus
negocios con tranquilidad, aumentando aún más sus ganancias, mientras
que satanizan los llamados “colectivos” que no son más que expresiones
populares a las que la burguesía exige destruir para facilitar su acción
represiva en el futuro.
La lucha que se libra en el terreno de las “mesas de paz”, es entre
la burguesía y la pequeña burguesía, hemos estado fuera de esas mesas,
la clase obrera y el pueblo revolucionario debemos tener la última
palabra; ni Lorenzo Mendoza, ni Eugenio Mendoza son ejemplo para el
pueblo ni para los verdaderos revolucionarios, pactar con estas
ideas es Traicionar a Chávez, traicionar al pueblo, entregar a los
colectivos revolucionarios y anular las posibilidades de avanzar hacia
el socialismo.
¡A estar alerta camaradas!, debemos tener claro siempre que: ¡el
socialismo sólo se construye con la alianza obrero campesina en el poder
y el pueblo en armas!
¡Ni rendición, ni conciliación, aquí lo que viene es revolución!
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